sábado, 3 de enero de 2009

Lo cotidiano

Es quizás la antipatía del cristiano la que hace que se pierda el fuego que una vez parecía encender un bosque entero, el fuego que avivaba todo su ser. Su primer amor.
Y se perdió una vez en el camino porque el cristiano no supo atesoralo, porque pensó que realmente no valía la pena conservarlo. Pero despues de días, meses, quizás años de malgastar su vida, el verdadero hijo de Dios anhela incesantemente estar cerca de Jesús.
Porque no encuentra otro lugar en donde pueda estar en calma, saciado, limpio de su pecado.

"Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él..." Colosenses 2:10,11

Si tú estás lejos de casa... ¿Por qué no invitas a Jesús a venir a ordenar las cosas? El Señor te espera con su cotidiana y dulce disposición a perdonarte, y recibirte, y regresarte de nuevo al lugar al cual realmente pertences.

3 comentarios:

  1. Amen! .. nuestro Padre siempre dispuesto, siempre dulce nos espera con los brazos abiertos :) .. es alentador casi emocionante encontrarse con hermanos que posean una fuerte conviccion en Cristo :) .. DTB Luis

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  2. Luis, lo cotidiano aburre, y muchos hemos pasado por el aburrimiento religioso... Hasta que descubrimos al Dios que también se aburre de las religiones y nos abraza sin etiquetas. Entonces, el bosque puede seguir ardiendo.

    Me gustó tu reflexión. Saludos

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  3. Nambija y Peregrino.

    Gracias por dejar su post, como verán no soy un escritor ni un teólogo de profesión.

    Yo solo escribo esto esperando compartir mis vivencias con Jesús, esperando que de alguna forma esto pueda ser provechoso para el que lo lea. Y también para mantenerme constantemente pensando en aquél que nos amó desde antes de la fundación del mundo.

    Dios les bendiga y les guíe en su camino hacia la gloria.

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