jueves, 7 de abril de 2011

Salmo 139

1 Oh Señor, tú me has examinado y conocido.
 2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;
Has entendido desde lejos mis pensamientos.
 3 Has escudriñado mi andar y mi reposo,
Y todos mis caminos te son conocidos.
 4 Pues aún no está la palabra en mi lengua,
Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
 5 Detrás y delante me rodeaste,
Y sobre mí pusiste tu mano.
 6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;
Alto es, no lo puedo comprender.
 7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
 8 Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
 9 Si tomare las alas del alba
Y habitare en el extremo del mar,
 10 Aun allí me guiará tu mano,
Y me asirá tu diestra.
 11 Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán;
Aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
 12 Aun las tinieblas no encubren de ti,
Y la noche resplandece como el día;
Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
 13 Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
 14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien.
 15 No fue encubierto de ti mi cuerpo,
Bien que en oculto fui formado,
Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
 16 Mi embrión vieron tus ojos,
Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas,
Sin faltar una de ellas.
 17 ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!
¡Cuán grande es la suma de ellos!
 18 Si los enumero, se multiplican más que la arena;
Despierto, y aún estoy contigo.

miércoles, 6 de abril de 2011

Omnipresencia

Dios está conmigo. No es que vaya conmigo a todos lados, sino que a donde sea que yo vaya Él ha estado desde siempre. Su presencia no me ha dejado, Él no se ha apartado de mí. Hoy se alejó de mí al momento de pecar, y al mismo tiempo estuvo allí observando. Estaba allí cuando le pedí perdón, y se acercó… No es que en realidad se hubiera ido, sino que nuestra relación sufrió un distanciamiento. Yo perdí muchas de sus bendiciones al ofenderle, pero él nunca me dejó. En mi corazón quise huir de su presencia, pero él está más cerca de mí que mi propio corazón. Por cierto, Él está aquí. Observando lo que escribo. Escuchando mis pensamientos. Mirando las profundidades de mi obscuro corazón, lugares profundos de los cuales yo ni siquiera me he enterado. Él está aquí mismo; siempre lo ha estado.

Hoy cuando manejaba estaba conmigo, cuando trabajaba estaba allí, cuando me senté a comer Él estaba en toda su presencia, cuando contesté el teléfono Él estaba presente. Cuando fui tentado, cuando me arrepentí, cuando le hablé, cuando no le hablé. Cuando pensé en él, cuando pensé solo en mí mismo. Su presencia fue plena y constante y aún permanece así… y así permanecerá. Él estuvo aquí, Él está allá, no es que se le pueda ubicar en lugar en el espacio porque Él simplemente no pertenece al espacio (que él creó); sino que está… solamente está… en donde sea, en el tiempo que sea. Siempre está presente.

Gracias Dios de mi salvación, porque así será por siempre. Gracias porque para siempre permanecerás presente. Gracias porque nunca dejarás de ser, y nunca dejarás de estar. Gracias por estar conmigo, gracias porque no existe lugar geográfico que me aleje de ti, gracias porque no hay lejanía entre tú y yo.