No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
- Anónimo.
AMEN
ResponderEliminares un lindo proverbio!!!
ResponderEliminarlindo blog....!!!
espero ke puedas expresar lo ke tienes guardado...en tu corazon .. para Dios...
sigue asi...
saludos desde chile..
blessssssss
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar