"La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable." Efesios 6:24
domingo, 10 de mayo de 2009
Salmo 116
jueves, 7 de mayo de 2009
Ya no vivo yo, vive Cristo en mí
El sueño americano
Es solo eso, un sueño, una ilusión… una que destroza vidas.
El Señor te llama a que vayas a donde nadie ha ido, que le hables al que no ha escuchado, que dejes de pensar en aquello que es intrascendente para empezar a pensar en lo eterno. En el destino de tus amigos, de tu familia, de tus conocidos, de tus compañeros, de los mismos que se dicen cristianos y están engañados. ¡Que todos vean al Cristo resucitado vivir en ti, que vean su poderosa obra y su misericordiosa salvación! Para que lo admiren, para que lo anhelen.
miércoles, 6 de mayo de 2009
El que gana su vida la pierde
No es un final infeliz
martes, 5 de mayo de 2009
Crucificado
martes, 28 de abril de 2009
Mi satisfacción
Pensé que dejaba algo valioso
martes, 7 de abril de 2009
Mi refugio
lunes, 23 de marzo de 2009
La persona perfecta, el lugar perfecto.
martes, 10 de marzo de 2009
¿Vivo o muerto?
miércoles, 4 de marzo de 2009
Distancia
No es tan difícil perdonar
jueves, 12 de febrero de 2009
Me encontré con un cristiano
martes, 10 de febrero de 2009
¿Amas a Dios?
Yo creo que los cristianos se precipitan al responder acerca de las cuestiones de la fe, sobre todo cuando se nos enfrenta a preguntas tan importantes como esta:
¿En realidad amas a Dios?
El que ha nacido de nuevo, aquél que ha sido adoptado por Dios mismo, el que ha sido transformado desde el corazón, aquél que ahora posee una nueva naturaleza… tiene la necesidad (no solo el deseo) de amar a Dios.
Y en su búsqueda de ese Dios que espera ser amado, el cristiano se enfrenta ante el bombardeo de otros cristianos y otros tantos “pseudocristianos” que enseñan que el amor a Dios es: Una experiencia de los sentidos elevados hasta los lugares celestiales, un tiempo de adoración musical (o de cualquier otra forma) que lleva al que participa de ella a un “éxtasis religioso”, y no sé cuantas formas más de “experimentar” a Dios. Hace un tiempo me dijo una persona “yo asisto a tal congregación porque allá sí se siente el poder de Dios”.
...Pero el amor a Dios no es un sentimiento, no es una experiencia, y tampoco se define en tus propias palabras o las mías. El amor a Dios es definido por Dios mismo:
“Si me amáis, guardad mis mandamientos.” Juan 14:15
Es el deleite en la Palabra del Señor y la obediencia sumisa a ella. Es una actitud humilde ante Dios junto con la inseparable disposición para seguirle en el sinuoso camino de la cruz. No es lo que sentiste durante la predicación, no es el entusiasmo que tenías al decir “amén”. Es la sumisión total a su autoridad, y el gozo que proviene de ello. Es el conocimiento profundo del Dios de las Escrituras y las ganas de estar siempre a su lado, sea en la sombra, sea en la luz.
Muchos cristianos hablan de amar a Dios pero no odian al pecado, hablan bien del Señor pero se expresan mal y tratan sin misericordia a otros (aunque sean otros cristianos), adulan al Altísimo pero guardan rencor por lo que les hicieron (o dejaron de hacer) otros.
No tengo tiempo para seguir escribiendo (es por eso que casi nunca escribo) pero ¿Por qué no reflexionas seriamente?
¿Amas a Dios?_
lunes, 2 de febrero de 2009
Jesús todavía llama
¿Por qué a veces el cristiano no escucha a Jesús que está a la puerta?
El cristiano no ve siempre a Jesús afuera de su casa esperando ser invitado a entrar, y es que entre tantas cosas que hacer y en qué pensar, que apenas le queda tiempo para escuchar que llaman a la puerta.
Pero si supiera cuánto pierde al no voltear al Redentor, si se diera cuenta que la vida solo es vida si se vive en armonía con él. Si tan solo probara de las delicias de su cena, de sus manjares celestiales, de su amor desinteresado, puro, alucinante.
Entonces, solo entonces perdería interés por el mundo y por sí mismo. Y ahí, en el encuentro con el deslumbrante Jesús apreciaría el incalculable valor de tan precioso Dios… y volvería a él.
Una, y otra, y otra vez… porque Jesús lo es todo. Y lo sería todo para él.
No llegaste hasta este blog para leer lo que yo tenga que decir. Llegaste aquí porque por la misericordia de Dios tienes una oportunidad de tener un nuevo encuentro real y personal con Jesús. No son mis palabras, son las suyas:
"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz
y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo."
Apocalipsis 3:20
miércoles, 14 de enero de 2009
Al Cristo resucitado
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
- Anónimo.
sábado, 3 de enero de 2009
Lo cotidiano
Y se perdió una vez en el camino porque el cristiano no supo atesoralo, porque pensó que realmente no valía la pena conservarlo. Pero despues de días, meses, quizás años de malgastar su vida, el verdadero hijo de Dios anhela incesantemente estar cerca de Jesús.
Porque no encuentra otro lugar en donde pueda estar en calma, saciado, limpio de su pecado.
"Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él..." Colosenses 2:10,11
Si tú estás lejos de casa... ¿Por qué no invitas a Jesús a venir a ordenar las cosas? El Señor te espera con su cotidiana y dulce disposición a perdonarte, y recibirte, y regresarte de nuevo al lugar al cual realmente pertences.